Kagerou Daze VIII -summer time reload- (Prologo)
Kagerou Daze VIII
–summer time reload-
Prologue: Crying Prologue
Prologue: Crying Prologue
Yo siempre los había
admirado.
“Admiración”, está
arraigada hacia mis padres que me daban amor, personas cuyos nombres no sabía,
que pasaban por las calles, y la forma en que milagrosamente conocí a mis
amigos.
Por ejemplo, como alguien
que llevaría a una chica, atormentada por la soledad en medio de la oscuridad, a
un lugar bajo la luz.
Por ejemplo, como alguien
que le daría una sonrisa a un niño que fue maltratado sin razón en un rincón de
la ciudad.
Por ejemplo, como alguien
que lleva a sus camaradas, golpeados por una desesperación sin fundamento,
hacia la esperanza.
Sí, quería intentar
convertirme en una existencia como esa, del tipo que parecía salir de una ilustración.
He querido cambiar del yo
que solo podía tolerar la violencia en silencio, que ni siquiera podía proteger
los cimientos de su propio corazón y que no hacía nada más que tenerle miedo a
la naturaleza de otras personas.
Está bien; así es como
era.
Está bien; así es como
debería haber sido.
La “admiración” es una
maldición.
La sensación de “así es
como quiero ser” se convertiría en la ansiedad de “tengo que ser así”, y finalmente,
nosotros, que nos acostumbramos a la “admiración”, somos derrotados como
monstruos.
Entonces, apartaríamos nuestros
ojos de nosotros mismos, cuyas reflexiones se vuelven antiestéticas, siendo
degradados por otros, atrapados en una oscuridad sin fin… en resumen, esa clase
de maldición.
Así que llamados
verdaderos “monstruos” estamos en lo profundo de dicha oscuridad.
No pueden amar a nadie, no
pueden ser amados por alguien, y no son más que existencias que desean
infortunio a los demás para poder protegerse… Que dieron vida a “monstruos” de
esa clase de “admiración”.
Hasta ahora, siempre he
escuchado “voces” de monstruos que arrastran a las personas, que intentaron
alcanzar ideales, en la dirección opuesta de dichos ideales.
“Eso no va a pasar. Pero
definitivamente lo haré…” He estado viviendo mientras pensaba eso desde siempre
en lo más profundo de mi corazón.
Entre la horda de oscuros
monstruos vestidos con piel humana, simplemente estire la mano en
desesperación… hasta que la mano extendida toco esa “admiración”, encontré lo
que se suponía que debía proteger, no me había dado cuenta hasta ahora, y mi yo
débil también gano fuerza. Fui bendecido con compañeros que me decían que
yo era necesario.
Lo único que no pude
encontrar fue el “coraje” de no escapar.
Cierto, si no lo tomaba
entre mis manos, era mejor así.
Lo que me esperaba más allá
de la “admiración” que era capaz de agarrar era la “desesperación” que me haría
perderlo vaciarme completamente. Días de miedo por la naturaleza de las
personas que conocí para mantener a salvo, siendo presionados por el sustantivo
“amigos”.
¿Es la “admiración”
realmente una maldición?
¿Es la felicidad una
elección?
¿Eran los “deseos”
pecados?
El yo que no era capaz de
“salvarla” ya no sabía la respuesta. El yo que se había convertido en un
monstruo ya no...
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